La pérdida de beneficios, los ataques cibernéticos y las catástrofes naturales, los principales riesgos que percibe el tejido empresarial

Barómetro de Riesgos 2018. Los principales riesgos a los que se enfrentan las empresas

Objetivo: 

Conocer cuáles son los riesgos que están golpeando a las empresas, poniendo en peligro su éxito o incluso su existencia independientemente del tamaño o sector de la misma.

En una economía interconectada, el riesgo que ocurra en un país puede estar afectando al desarrollo de tu empresa.

¿De dónde son tus proveedores de materias primas? ¿En qué países se elabora parte de su tejido productivo? ¿Cómo pueden afectar los cambios legislativos? ¿Y el riesgo cibernético?

Una nueva sesión de los Diálogos 2020, celebrada el día 5 de marzo de 2018 en la Facultad de Derecho de la Universidade da Coruña, ha tenido por título: “Barómetro de Riesgos 2018: Los principales riesgos a los que se enfrentan las empresas”. Durante la misma, D. Juan Manuel Negro, Director General de Allianz Global Corporate & Speciallity S.E., ha analizado el barómetro de riesgos 2018 elaborado por Allianz.

Para la realización del mencionado barómetro, el ponente apuntó que se han entrevistado a casi 2000 participantes en 82 países, en un cuestionario que permitía varias respuestas, lo que posibilita un análisis más preciso. En cuanto a las empresas participantes, un 55% eran grandes; un 22% eran medianas y, un 25% pequeñas empresas.

Los tres principales riesgos que percibe el tejido empresarial son, por orden, la pérdida de beneficios, los ataques cibernéticos y las catástrofes naturales. En cuanto al primero de ellos, puede apreciarse una circunstancia diferente respecto de años anteriores, y es la gran influencia de las causas cibernéticas y la interrupción de la cadena de suministro como causas que originan este tipo de riesgo. Además, es el sexto año consecutivo que el riesgo de pérdida de beneficio ocupa el primer puesto en el barómetro de riesgos tanto a nivel global, europeo y español. Los ataques cibernéticos ocupan el segundo puesto, lo que puede deberse a los ataques acaecidos en 2017 como WannaCry, etc. El tercer puesto es para las catástrofes naturales, respecto de las cuales, el ponente incidió en una de las principales novedades del barómetro de 2018: la percepción del cambio climático como un riesgo en sí mismo considerado.

A continuación, la intervención se centró en el análisis de los diez principales riesgos percibidos por las empresas a tres niveles distintos: global, europeo y español. A nivel global los riesgos percibidos son los siguientes:

  1. La pérdida de beneficios.
  2. Los incidentes cibernéticos.
  3. Las catástrofes naturales.
  4. El desarrollo de los mercados.
  5. Los cambios en la legislación
  6. Incendio, explosión.
  7. Nuevas tecnologías.
  8. Pérdida de reputación o valor de la marca.
  9. Riesgos políticos.
  10. Cambio climático.

A nivel europeo, el ponente señaló que no existen grandes divergencias con el global, excepto con el riesgo de cambios legislativos, que sube del 5º puesto en la clasificación global al 3º en la clasificación europea. Ello puede deberse a los cambios políticos que están teniendo lugar a escala europea, como el Brexit o los ataques cibernéticos a través de la difusión de noticias falsas que pueden repercutir en la escena política de los países de la UE.

La subida del riesgo de cambio legislativo determina la bajada al 5º puesto del riesgo de desarrollo de mercados, ya que parece que Europa está creciendo económicamente. Lo que hace bajar la percepción de este riesgo.

Otro extremo que merece ser reseñado es la aparición de un riesgo nuevo: el riesgo de deficiencias de calidad, defectos en serie, retirada de productos. El ponente no acertó a indicar una causa que justifique la aparición de la percepción de este riesgo.

A nivel estatal, cabe señalar que el 2º y el 3º puesto se refieren a los riesgos de catástrofes naturales e incendio o explosión respectivamente. En cuanto a las catástrofes naturales, la causa de tal percepción está en que la crisis económica ha llevado a muchas empresas españolas a expandirse por América Latina, donde, en el último año, han acaecido numerosos desastres de esta índole. La percepción del riesgo de incendio y explosión a nivel estatal es más alta que en el resto de niveles, lo que el ponente achacó a que las valoraciones que se hacen de estos riesgos están muy por debajo de los valores expuestos. A nivel estatal también se observa la inclusión de un riesgo por primera vez en los informes de este tipo. Se trata del riesgo de robo, fraude y corrupción, que ocupa el séptimo puesto.

A continuación, el ponente volvió a incidir en los tres riesgos que ocupan los primeros puestos en los ránquines. La pérdida de beneficios se encuentra en el primer puesto tanto en Europa, Asia, Pacífico y Oriente Próximo. Las causas que pueden originar la pérdida de beneficios que más preocupan a las empresas son: en primer lugar, los incidentes cibernéticos, con un 42%; con un 40%, el riesgo de incendio y explosión; el riesgo de fallo de proveedores con un 30%; y, el riesgo de fallo de maquinaria con un 23%.

En segundo lugar están los ataques cibernéticos que siguen subiendo posiciones en la percepción de riesgo. Si en 2013 se encontraban en la posición 15º, en 2018, sólo cinco años después, han ascendido hasta ocupar el 2º lugar. Esto no es sólo una cuestión de protección individual, sino que está interconectada, de manera que puede afectar indirectamente (afectando a un proveedor que tenga que paralizar la actividad). En este punto, D. Juan Manuel se hizo eco de la próxima entrada en vigor del nuevo Reglamento de Protección de Datos, ya que va a tener una incidencia directa en la actividad empresarial a través de la imposición de multas de cuantía importante, así como la posibilidad de paralizar la actividad hasta solventar las infracciones. Además, este riesgo no se limita únicamente a los ataques cibernéticos, sino que también incluye los errores humanos o los ataques de un empleado deshonesto.

Las catástrofes naturales ocupan el tercer lugar, y es que el clima extremo causa daños que es difícil prever, tanto en su intensidad como en su localización, creando incertidumbre. Además, se volvió a apuntar la inclusión del riesgo de cambio climático como un riesgo autónomo.

Del resto de riesgos, el ponente hizo un breve comentario incidiendo especialmente en los riesgos políticos. Así como también se refirió a los riesgos futuros derivados, en su mayor parte, de las nuevas tecnologías, como los coches autónomos, la inteligencia artificial y el internet de las cosas. Estos riesgos potenciales plantean una total incertidumbre acerca de los riesgos que puede plantear su utilización.
Tras la finalización de la ponencia se abrió un breve turno de preguntas a los asistentes y, acto seguido, se dio por concluido el acto.

NOELIA COLLADO RODRÍGUEZ
Investigadora del Grupo de Investigación “Empresa, Consumo y Derecho”